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Mostrando las entradas de febrero, 2018

un pico de ansiedad

les voy a contra un secreto. es un pequeño bicho que llevo adherido a los pulmones. me tropiezo con él a veces, si se me escapa por la boca. brinca por mis adentros, como si mi cuerpo fuera un pelotero. le encanta castigarme a veces. es cruel, es imparable. le gusta quererme y me quiere, pero a mí no me alcanza. su pelaje es agudo e inverosímil. tiembla cuando estoy triste. me llama a veces durante las madrugadas de invierno. me exige que coma mandarinas, que prenda el ventilador, le agrada demasiado el frío invernal. y la lluvia, realmente adora la lluvia con sus garras de plata. me obliga a salir y mojarme por completo. me asfixia si me niego, me provoca con su hocico desaforado, con su aroma a pelo y barro, con su rareza reluciente. y yo obedezco siempre, casi por impulso, esta cosa... Cuando quise negarme no pude, y ahora ya es demasiado tarde. temo decirle que no. Sí, absurdamente le temo. es a lo que más le temo en el mundo. y ni siquiera sé su nombre, ni su apellido, ni tampoco ...
oh Daniela tú que no escribís para nadie que nadie comprende del todo tu angustia tu colérica ansiedad y es que soy mi propia musa, mi propia enemiga me escribo y no me detengo porque no sé hacer otra cosa más que escribir -lo digo en serio- sobre mí no porque yo sea importante ni mucho menos solamente porque no sé quién soy y escribiendo a veces, lo descubro ojalá pudiera algún día abrazar con las palabras a todos los pájaros del cielo me imagino un mundo celeste, sin dolor, sin tragedia en el que la muerte sea una elección al igual que el nacimiento y el envejecimiento y la juventud una estrella pasajera pero no fugaz le temo al tiempo, me da terror el fracaso este miedo insoportable a tener que arrepentirme de o por ffffff qué fastidio sí, digo ffff porque soy tan torpe que resuelvo con sonidos lo que no soy capaz de expresar con las palabras ay, ay, ay esta noche, hoy veinitrés del dos, del dos mil dieciocho espero que sea EL DÍA ...

la jaula

vuelvo a atravesar las violentas olas de mares tormentosos me estremezco analizando una a una todas las dificultades que debo transitar para encontrarme nadie que no esté perdido sabe lo extraño que parece el mundo desde aquí las absurda sintonía de relojes que no le importan a nadie los veranos tristes de una ciudad sin flores y sin vegetación el sonido fatal de las grandes avenidas que apenas si se alimentan del hondo cantar de las palomas y es gris todo es gris en esta ciudad maldita, insoportable lo voy a escribir una y mil veces: insoportable, intolerable enfermiza y este sol que ya no alumbra no le interesa, no, no. a nadie le interesa nadie a nadie le intereso yo yo estas dos letras soberbias, que se derraman con un atisbo de dolor yo y nadie más que yo sola frente a una ventana que no abre que no cierra que no es ventana que no es