Devórame otra vez
Todos los sábados por la noche, la misma historia. Desesperada, inútilmente te busco: en el humo frío de los escenarios, en el incierto tembladeral de luces, en las piezas retorcidas de las cuerdas que no logro descifrar. Pienso en vos en las esperas eternas en las barras, en la fila del baño, mientras la música vuelve. En todas las canciones, en algún lugar estás. Pero siempre lejos de mí, perdiéndote. Mis amigos me hablan pero yo no sé qué dicen. No me interesa. Entro a las redes, miro las fotos felices y no me importan en absoluto. Solamente vos estás en mi cabeza, en mi columna, en todos mis huesos. Sólo vos estás atravesado acá, en la piel, en la garganta. Tus ojos fijos mirándome. Tus ojos para siempre. No existe otra cosa, no tengo otra cosa, nada más el recuerdo de tus ojos en los míos enseñándome el amor. Tus dos ojos contra el mundo... Y es tan terrible el mundo...