La víspera (3)
La víspera de navidad transcurriría en las afueras de la casa: nosotros llenaríamos el jardín de juegos, guirnaldas, adornos, disfraces, sonidos. Mi adrenalina iba en aumento porque sería la primera navidad que pasara con ellos, con esa familia tan lejana y extraña que veía cada tanto y que no conocía del todo. Y más que nada, cerca de Roberto. Sentía hacia él, un sentimiento extraño, el que transitaba entre una mezcla de envidia y admiración. Amaba de él su carácter, su capacidad de liderazgo, su carisma, su inteligencia. Pero lo envidiaba porque sentía que él no era justo conmigo, que no me dejaba participar de los juegos como yo quería, que siempre quería dirigir, que no nos daba espacio a los demás para proponer otras cosas. Sin embargo, hubo una mañana en que su presencia empezó a incomodarme. Me levanté yo muy temprano, apenas amanecía, y el cielo esbozaba sus primeros rayos de claridad. Hacía frío y en los árboles parecían habitar todos los pájaros del mundo. Salí al jardín, por...