Tarde
Cómo no describir el celeste del cielo repleto de estrellitas que bailan y se desplazan al compás de tus pupilas. Cómo no querer abrir de par en par la ventana y dejar pasar el aire hasta deshacer las raíces de mis pensamientos. Cómo no contemplar descalza este sol de la tarde que rueda sobre un cielo diáfano y prolífico de nubes. Cómo no extraer de vuelta la risa olvidada en el fondo de la garganta para acordarme que alguna vez sí fui feliz. Cómo no desabrocharme los ojos para mirar el horizonte que se oculta detrás de todos esos edificios. Cómo no agarrar un pincel y teñirlo todo de violeta. Y reír. Cómo no sentirme atravesada por la luz radiante que se enciende cada vez que respiro. Y que no se apagará nunca. Cómo no desfilar encima de las palabras para juntarlas todas y volver a separarlas en oración, canto, cañaveral. Cómo no pensar y recordar y sentir hasta que se me cierren las costillas pero igual sentir y esbozar una sonrisa ligera pero que nadie percibe. Cómo no extrañar la ...