domingo, 25 de marzo de 2018

Le matin

Transito una mañana colmada de nubes celestes como ángeles de invierno erigidos en altar. Asumo la costumbre de estar viva. Mirar el sol me estremece como si su luz me entrara por las venas. Este lugar de soledad es delicioso. Todos los objetos aparecen ante el brillo inevitable, la vida canta como un coro de pájaros. Es el alba, es la agonía.
Abro los ojos como si nunca los hubiera abierto antes. Alguien duerme aquí, todavía. No reconozco sino este aire fresco y liviano. Me falta el mar. Estrujo la almohada con una fuerza insólita, me des mo ro no en sensaciones...

Caigo sin apuro ante un día más de vida.

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