augurios
En la arboleda más triste del mundo habitan unos seres incomprendidos y ajenos a estas tierras llanas y extensas. Son los pequeños augurios con forma de estrella y con una lengua larga, muy larga, y salada como el mar. Son azules y pintorescos, y a veces se pueden volver transparentes, cuando se precipitan sobre los transeúntes abriendo sus alas pequeñas y cayendo en picada sobre las cabezas de aquellos que pasean por el camino principal de la arboleda rodeado de rosas azules y silvestres, en las eternas tardes de calor agobiante y que generalmente, son jóvenes enamorados que se toman de la mano y que recitan palabras que les dictó de memoria su corazón durante la noche anterior. No hay nadie que sepa sobre estos seres. Solamente sabe sobre ellos el Dios Olvidado. Es un Dios que está triste porque ya nadie lo venera. Porque los humanos se han puesto a hacer otras cosas más importantes que creer en él y ya nadie se acuerda de rezarle, ni de evocarlo, ni siquiera ante la más devasta...