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Mostrando las entradas de 2017

el alimento prohibido en navidad

la sangre cae de a poco, de a gotas, como un rocío de primavera

este libro no cabe en ninguna biblioteca

hoy desperté con flores en los ojos harta del silencio abrasador del mediodía, con un sol alto, imponente impaciente por entrar por la puerta verde de mi cuarto verde por toda la casa corre una brisa suave que acuna los pensamientos el techo abierto, el paredón blanco, la luz dibuja formas entre los árboles del patio. nada pasa, o quizás todo. En esta casa hay un rumor que no conozco. me asusta la felicidad de encontrarme alegre me alivia la tibieza soleada de la atmósfera barrial una música lejana, ningún auto, un ladrido. Un mate amargo que preparo festejando para mí, que me urge la vida.

l u n e s

de nuevo es lunes. Hace un calor enorme, húmedo, las nubes aplastan. La ciudad es gris, monótona, vacía.  Resuenan todos los ruidos posibles y al mismo tiempo hay algo que calla, nada pasa. La gente sola camina. Almuerzan hablan por celular. Conversan. pero yo agarro un balde verde y  vierto desde el balcón  los restos del domingo.

augurios

En la arboleda más triste del mundo habitan unos seres incomprendidos y ajenos a estas tierras llanas y extensas. Son los pequeños augurios con forma de estrella y con una lengua larga, muy larga, y salada como el mar. Son azules y pintorescos, y a veces se pueden volver transparentes, cuando se precipitan sobre los transeúntes abriendo sus alas pequeñas y cayendo en picada sobre las cabezas de aquellos que pasean por el camino principal de la arboleda rodeado de rosas azules y silvestres, en las eternas tardes de calor agobiante y que generalmente, son jóvenes enamorados que se toman de la mano y que recitan palabras que les dictó de memoria su corazón durante la noche anterior. No hay nadie que sepa sobre estos seres. Solamente sabe sobre ellos el Dios Olvidado. Es un Dios que está triste porque ya nadie lo venera. Porque los humanos se han puesto a hacer otras cosas más importantes que creer en él y ya nadie se acuerda de rezarle, ni de evocarlo, ni siquiera ante la más devasta...

Veinte TIPS para las jóvenes que quieren viajar a Europa y no tengan un mango:

1) No desesperar. Nadie viaja a Europa con el corazón atragantado en la garganta y a punto de descomponerse de los nervios. Se debe ser paciente, muy paciente, y procurar evitar tener accidentes, quedar inmovilizada de por vida o ciega, y tomar todos los resguardos necesarios para no morir repentinamente, mientras se realizan todos los preparativos. 2) Conocer gente que haya viajado a Europa y que sea casi tan pobre como usted: las experiencias ajenas acerca de las múltiples estrategias y variantes que los seres humanos de Buenos Aires tenemos para arreglárnosla como sea y partir hacia el primer mundo son siempre más que inspiradoras. También conozca gente que tenga mucho dinero y que por eso haya podido viajar. Pregúntele de dónde sacó o cómo hizo tanto dinero y considere seriamente dedicarse a la actividad mencionada.  3) Esté al tanto del precio del dólar y del euro los descuentos en los pasajes de avión, la cantidad de millas y horas de vuelo, seleccione en su cabeza ...
él y su risa de pájaro silvestre sus ojos enormes, largos que no tienen fondo sus cabellos oscilando frente al mismo viento suyo su frente áspera su boca inmediata sonriendo sin fin, atesorando algún misterio una especie de clavícula en su cuerdas de guitarra vocales que evoca su voz QUE VIBRA que vive que aguarda

Soñar con el Caribe

Soñar con el Caribe es como viajar gratis durante algunas horas y sin tener que hacer las valijas. El mar era turguesa y transparente, casi parecía ficticio, al igual que la arena que era blanca y frágil como si estuviera hecha de polvo de huesos de gaviota. Había algunas palmeras que acomodaban el paisaje para convertirlo en una postal turística. Y yo estaba allí, alegre, impresionada, conmovida ante semejante maravilla de la naturaleza, que sobrepasaba absolutamente todos los límites de mi imaginación y superaba por demás mis expectativas. Y sin embargo, allí, en ese lugar soleado, oceánico y único, yo no era feliz. No lo era. Sufría en soledad algo que callaba en el fondo, muy adentro, como si me apretara en los pulmones algún bicho de mar extraño. Yo veía a los demás jugar y divertirse enérgicamente entre las olas. Y yo no podía. Una fuerza extraña me impedía reír, ni siquiera ya entusiasmarme. En mi sueño yo me daba cuenta de que no pertenecía allí, que al final, había sido todo ...
cómo elaborar la savia de las ausencias que más que ausencias son fantasmas cómo decirle a mi hija que no nació que daría por ella la vida que no tengo cómo estrechar mis brazos hacia mi abuelo muerto, cómo rescatar del fuego a mi gata asustada cómo revertir este impulso de saltar hacia el vacío porque lo que pesa en el alma es tan poderoso como el arte como el tiempo y esos ojos grises de guerra nuclear y tu boca que difama la violencia esos gritos seculares que no dicen nunca nada la derrota implícita de no saberse aquí por qué para qué la frustración la calle el humo de las gomas quemada que huelen a insistencia los trozos de humo que no dejan jamás de mirar hacia adelante de ser de ser

de nuevo

de nuevo me siento me siento tan patéticamente absurda como si me cayeran ojos de las lágrimas y como si tuviera huesos en vez de estas alas yo no sé por qué es así yo no comprendo hay un alma radiante mirándome yo sé que hay un jardín al fondo al final atrás donde nadie muere donde nadie me mira del que nadie se va

anoche Gena murió

y se llevó con ella sus cuatro patas blancas su cuerpo suave y gris como una nube, las historias que nunca me podrá contar los maullidos de sueño, de hambre, que no serán nunca su ronroneo que duró casi hasta el final casi hasta el momento en que estiró el cuello hacia mí y abrió su pequeña boca como buscando un aliento para su último aire ella supo que era el último aire y yo no pude hacer nada más que mirar con horror sus ojitos ya cerrados su pelo mojado, ya débil e inservible, se desplomó sobre mi mano se quedó como dormida dejó de temblar, de moverse se puso tiesa, dura abrió sus ojos que no miraban nada y era la muerte otra vez este espanto otra vez este monstruo encadenado rugiendo en mis costillas el saber que se acabó todo que ya nunca más y la culpa de lo que no hicimos el horror, la angustia revuelta, la impotencia de no poder revivirla, los recuerdos de las pasadas muertes esas que quedan y quedan como instaladas en el cuerpo como tatuajes q...

domingo con Gena

Gena duerme con una calma utópica, fantástica, parece que respirara aromas naturales, rítmica imagen de su esencia animal la miro y observo aquél todo sublime, como un ángel mágica y nocturna, y pareciera, toda ella, como venida de otro mundo, de un allá que no existe de un quién sabe dónde, de dónde viene Gena, que no es sino una casualidad pequeña. Respira sus maullidos contenidos, estira sus cuatro patas blancas, bosteza y se le salen pequeñas reverberancias por su boca de gata. Me mira desde lo más hondo de sus pupilas estrelladas a través de su aureola celeste y felina me mira y me cuenta historias lejanas de tiempos que no existieron nunca pero que sin embargo soy capaz de imaginar y de vislumbrar del todo, con los más absolutos y recónditos detalles porque ella me inspira con su simpleza, con su cuerpo efímero y delgado con el que salta, se trepa, camina explora el mundo tan grande para ella tan triste para mí tan ovalado para los físic...

Cuando viajo en el 59

Últimamente paso los días comiendo en los mcdonalds o yendo a la verdulería a comprar una lechuga criolla, dos tomates perita y media doce de huevos para almorzar en mi trabajo, siempre a las dos de la tarde. Me deprimen terriblemente las horas y horas que paso en la oficina y que generalmente se me hacen eternas y tediosas. A veces sin embargo, le tomo gusto a la soledad implícita de los papeles y los monitores, y me quedo en mi trabajo hasta tarde. Me gusta ver por el enorme ventanal cómo va anocheciendo, me gusta ver apagarse el cielo no sin antes estallar en colores y luego oscurecerse todo en apenas unos instantes, en los que se alza la luna. Me hace sentir menos sola saber que anochece, y que el día transcurre, que ya transcurrió un día más, otro, y yo allí, ya sola, sentada frente a una pantalla con muchas ventanas de internet abiertas y casi siempre un word en el que escribí algo pero que siempre dejo por la mitad. A veces leo un poco, trato de estudiar pero no logro concentra...

martes

se me van abriendo los pulmones como globos cada vez que intento respirar me cuesta más no alcanzo, no me llega el aire mis brazos son demasiado cortos y tienen frío a quién más se le retuercen las venas en cada intento de escarbar más y más en las tinieblas insólitas del pasado que retorna una vez y otra y otra como si no pasara nada tengo que hacer un esfuerzo sobrenatural para no decir lo que pienso para no lastimar porque soy demasiado comprensiva demasiado ingenua o quizás simplemente porque no sé qué decir porque lo que me pasa no tiene palabras porque las palabras no alcanzan no son como el agua no hierven no apagan el fuego no calman la sed no arrasan la sal, quizás apenas a veces solamente consuelan y un poco pero nada más y a veces nada

Masacre

voy a desvestir las palabras de a poco, letra por letra y sílaba por sílaba como para decir aquello que se esconde dentro o mejor dicho aquí o mejor dicho detrás

nada

tengo el alma muerta, inerte nada pasa alrededor de mí, nada se mueve sólo hay silencio sepulcral no se oye ni siquiera la brisa ni un pájaro, ni un latido. He caído al fondo del misterio allí donde se origina todo voy armándome de ganas de partir hacia otro lado, más allá del sol y los planetas, en el comienzo, en la verdad que no es esta verdad, ni es ninguna, o tal vez sí. Siento un sonido breve de serrucho un pulmotor atrofiado que resuena aquí dentro, en mis costillas es como tener un monstruo atrapado que puja por salir y yo no quiero que salga porque me asusta

ahora sí que entiendo todo

busco ciegamente el rostro tibio de Julieta sus ojos gastados de memoria brillan con su luz angelical del mediodía y yo siento las manos heridas desde que nací ella se derrama sobre mis pensamientos, la imagino parada sobre una colina azul triunfante, vencedora con un vestido blanco como de romana con corona dorada y sandalias de cuero ella es la mejor parte de mí que ni siquiera conozco porque ella es capaz de esperar muchos años, incluso siglos a que regreses (sabe que regresas) porque extraña tus brazos que la esperarán siempre en cambio yo con mis dos pesos en el bolsillo tengo como único capital sueños que nunca se van a cumplir y si soy una porteña triste, pobre y solitaria pensé que así te gustaba paranoica, ilusa, impulsiva, y apasionada pero no. Te gusta ella. Mi amor no fue suficiente. Y lo entiendo. Hay que atreverse a amar a alguien así -con el romanticismo hondo de la simplicidad- como yo, que soy un águila silvestre aunque me fal...

el amor viene y se va

como por si acaso, pero ah, de por sí, si supieras...                 no, yo no te esperaba. ¿Lo pasaste bien? sí, sí, sí. Por eso digo. ¿a dónde vamos hoy? Claro. Claro. Yo también te amo.                        pero quizás... Dejáme que lo piense Es todo muy rápido. Hace frío.                                                                                      ¿te gusta el cine? ¡Gracias! Te voy a extrañar Tengo miedo Tengo sueño Tengo hambre Me duele la cabeza. Y la garganta. Me siento enferma. Tengo tos. Extraño a mi mamá.           ¿Alguna vez escuchaste...? Jajajaja Me encantás ...

Si escribir bastara

Si escribir bastara si pudiera extraer la cláusula del tiempo y aferrarme a la locura... al veneno ancestral si un pájaro verde se asoma desde una rama yo siento que faltan siglos para que los pájaros se extingan y quizás todos estamos cayendo en un precipicio que no se acabará nunca y que sangra, y sangra y que grita, y grita y exclama: ¡dolor! siento pena por aquellos muertos que no pudieron decir su verdad y el pájaro me observa estira sus alas breves ... se va, como quisiera irme yo... hacia el fondo del horizonte, tan lejos...                         de mí

no es justo

no es justo estar sintiéndome así de mal, de enferma con los dedos desgarrados de tanto escribir palabras que no sirven para nada que no vuelan sin poder crear la poesía exacta que me saque de mi cuerpo y que me devuelva la sangre derramada hace tiempo cuando los círculos del cielo estallaban en luces eran tiempos celestes era la infancia la seguridad de saberme una reina una completa y fantástica criatura divina sin poder soltar a nadie ni que nadie me soltara y ahora en esta soledad inquieta y triste en este llanto contenido de furia en esta aureola pálida sin rumbo te llamo con mis tres gargantas tristes con mis pies mis brazos mi cuerpo entero te imploro con mis dos manos de niña me refugio en una cabeza que detesto en música que desconozco, en imágenes que no me importan estoy arremetida de tiempo, asustada infantil, amparada en los tres vicios sutiles del asombro no estoy acostumbrada a la crueldad de los insomnes ni a la lujuria de los fantasmas y ...

sábado

voy a vertir el agua de mi cuerpo hasta que se evapore en un susurro en un ay mi amor y un fue tan lindo en humos ácidos de azul y tiemble con el cosmos perverso del insomnio ¿era esto lo que querías? lograste matarme       ...............lento así p  o   c  o    a    p  o  c  o dÁndomE zARpAzos DesGaRrADos como estas letras que me escriben y si escucho AC/DC es porque no hay otra cosa que me libre de los nervios de la impotencia enfermiza de no tenerte y que no me respondas

juegos

estosnerviosinsoportablesestasganasenfermasdemodersucuellohastamatarlohastasentircrujirsucarnesustendonesentremisdientesytragarmetodasusangretibiaybebérmelaconfuriainclusohastavaciarloporcompletoydespuésdedevorarlometermeporsubocacomosifueraunacuevayabrirmeespacioentresucuerpoyapodridocomounfantasmacomounespectroparaposeerloalfintambiénconmisangrequeeslasuyaparaestarconélparasiemprealfin. abrir cerrar                  jugar a expandir la garganta hasta tragarme una estrella embellecer tu boca con un temblor despiadado alzar la vista hasta encontrar el azul cuando al fin la recóndita respuesta me paralice

La víspera (2)

Al llegar a la casa, Juana, la mamá de Alicia, estaba prendiendo la chimenea con un pedazo de tronco de pino que parecía recién arrancado del jardín. Tenía a su lado varios bollos de papel de diario quemados , esparcidos por el piso, y parecía haber estado intentando prender esa chimenea desde hace largo rato porque tenía actitud de cansada y la cara con restos de tronco y transpiración. Ya volvieron?- nos preguntó con una sonrisa falsa. Y yo sospeché que ella no quería que volviéramos tan rápido, por algún motivo. -Sí, dijo Roberto. -Es que Aurora se asustó y tuvimos que volver. Eso me causó una indignación hasta ese entonces desconocida. Cómo se atrevía a culparme a mí! -No es verdad!! le grité violentamente. Alicia se apartó de mi lado y se dispuso a ayudar a recoger los papeles que estaban esparcidos por el suelo. -Todos nos asustamos. También vos, Roberto, le dije aún con una sensación de odio incontrolable. -Es que vimos un caballo muy raro, dijo Mabel, como al pasar... Juan...

redes

cómo transitar el dolor sin ser vista y construir caminos en vez de callejones  cómo acomodar mi cabeza en la fuente y escuchar el silencio ornamentado de los pájaros que gritan cada vez que el sol se esconde ahora me doy cuenta de lo que pasó mientras sentía que no pasaba nada y me enroscaba sobre mí misma en un dialogo sordo como en una película y es que así NO BASTA, ni tampoco es suficiente cuánto significa estar del otro lado, al otro lado, si de todas formas no sirve de nada

San Telmo y su música

El barrio de San Telmo huele a música definitiva. Hay espasmos de sonido a lo largo de toda la calle Defensa, desde avenida San Juan hasta Venezuela. Los domingos a la tarde la feria se llena de vecinos y turistas que comen helado italiano, toman cerveza artesanal y comen empanadas colombianas y que llegan en pequeñas combis blancas pero repletas desde algún otro punto turístico de la ciudad. La caminata transcurre a paso lento y monótono por la cantidad de gente que pasea. Los idiomas se confunden y pronto se oye un saludo en portugués, un comentario en francés y algún que otro grito en yanqui, además del quejoso y casi siempre malhumorado porteño. Poco a poco va alejándose el día invernal de principios de julio y se van prendiendo todos los faroles amarillos que se transforman en una hermosa figura de luz cuando se desparraman con gracia deslumbrante sobre el empedrado que los vecinos se niegan con determinación, a dejar desaparecer. Y entonces dan ganas de quedarse por allí, en...

Tarde

Cómo no describir el celeste del cielo repleto de estrellitas que bailan y se desplazan al compás de tus pupilas. Cómo no querer abrir de par en par la ventana y dejar pasar el aire hasta deshacer las raíces de mis pensamientos. Cómo no contemplar descalza este sol de la tarde que rueda sobre un cielo diáfano y prolífico de nubes. Cómo no extraer de vuelta la risa olvidada en el fondo de la garganta para acordarme que alguna vez sí fui feliz. Cómo no desabrocharme los ojos para mirar el horizonte que se oculta detrás de todos esos edificios. Cómo no agarrar un pincel y teñirlo todo de violeta. Y reír. Cómo no sentirme atravesada por la luz radiante que se enciende cada vez que respiro. Y que no se apagará nunca. Cómo no desfilar encima de las palabras para juntarlas todas y volver a separarlas en oración, canto, cañaveral. Cómo no pensar y recordar y sentir hasta que se me cierren las costillas pero igual sentir y esbozar una sonrisa ligera pero que nadie percibe. Cómo no extrañar la ...

La víspera

Hubo una vez una entrada al pozo debajo un árbol lejano y frondoso, a orillas de un río seco. Estábamos jugando a la ronda a mitad de la tarde, ya oscurecía por entre las hojas y observábamos un sol poniente como una despedida fatal del sol hacia un planeta remoto.  Había olor puro a alcohol de whisky, hierba y sangre y a mí se me dio por soltarle las manos a Alicia, tirarme al pasto y mirar los últimos trazos de luz rosada que se iban alejando detrás de las nubes.  ¿Qué te pasa? Me preguntó Roberto que seguía girando al ritmo de la ronda. Nada, le dije y continué mirando el cielo. Un pájaro extraño pasó muy cerca de mí y emitió un sonido como de auxilio que me produjo angustia. El viento último del sur se iba acercando. Cerré los ojos y sentí la tarde cada vez más oscura. Era feliz conmigo y mi silencio, percibiendo solamente unos pocos restos de luz, el aroma de la hierba y la breve brisa que me recordaba al mar cuando era niña. Lástima que se secó el arroyo, dijo J...

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Inti Raymi (Fiesta del sol)

Hubo un crecimiento de pequeñas gentes relampagueantes alrededor de un fuego feroz y ardiente como una mandíbula diabólica. Se llamaban con distintos nombres que no pude pronunciar nunca y adoraban dioses que eran ajenos a mí, a pesar de que el canto de los pájaros que escuchábamos era exactamente el mismo.  Nunca supe quiénes eran. Ahora ya los olvidé y solamente persiste el recuerdo de aquella fogata que decían que hace 547 años que no se apagaba. Yo les creí porque ese fuego tiene una textura y un color especiales, invitaban a quedárselo observando durante largo tiempo, hasta que una comenzaba a sentir una especie de extraña energía que le subía por el pecho hasta la garganta y era entonces cuando comenzaban los alaridos. Éramos como animales: perros, lobos, fieras, toros, vacas, osos, lo que fuera. Cada uno tenía una máscara enorme y orgullosa que permitía que nos transformásemos en otra cosa. Me daba miedo ponerme la máscara porque no sabía en qué me convertiría,., era ta...

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